Tanto la cultura como la diversidad son medios cambiantes que van ligados por sus enfoques en la sociedad, ambos buscan adaptar a los individuos y comunidades a ideologías comportamentales, con las cuales se expresan en conocimiento y espiritualidad ante los demás, defendiendo sus creencias, hábitos, costumbres, gustos, derechos y demás aptitudes que en conjunto los hacen ser individuos independientes.
La cultura y la diversidad son cambiantes ya que se ven influenciadas por los aportes sociales y educativos a los cuales los individuos se ven expuestos en diferentes etapas de su ciclo vital. El origen social es un factor que determina la cultura natural, que es aquella que heredamos de nuestros padres o adquirimos en nuestros primeros años de vida, la cual es transmitida por el ejemplo familiar y el entorno inmediato, permitiéndonos actuar basados en creencias y costumbres establecidas desde casa. El capital escolar por su parte nos determina la cultura adquirida, con la cual establecemos nuestras aptitudes y actitudes a partir de conocimientos expuestos por terceros que pretenden formar nuestra cultura basada en la práctica exacta de nuestra formación académica, permitiéndonos así desempeñar un rol en la sociedad basados en nuestros conocimientos más que en nuestras raíces.
Para determinar una cultura como tal es importante valorar el rombo filosófico de cada persona y como éste se complementa con las comunidades para formar un comportamiento colectivo que resalte y diferencie estas zonas de otras. El rombo filosófico propone analizar a una persona desde cuatro aspectos que unidos forman al individuo y las características que tiene y representa en su ser y saber hacer, sus aspectos son el praxeológico y el epistemológico que nos indican los campos conductuales que se desarrollan en las practicas diarias con los conocimientos previamente adquiridos(cultura adquirida) y los aspectos axiológicos y ontológicos que nos indican los valores y los principios que determinan nuestras costumbres, partiendo de ideologías morales que constituyen la esencia del ser y la coherencia de sus emociones con sus conductas (cultura natural).
Teniendo en cuenta lo analizado a través de este escrito nos aproximamos a un concepto de cultura integral en la cual es importante tanto el origen social como el capital escolar, puesto que una persona para definir sus aptitudes comportamentales necesita no solo de sus ideologías morales sino también de bases conceptuales que le hagan ser un individuo aportante en la sociedad, desempeñando un rol que respete sus creencia, hábitos, gustos, derechos y costumbres, respetando su comunidad y a su vez su criterio y autonomía como individuo.
Gracias por su atención y estaré atento a sus comentarios y sugerencias, y aprovecho para comentarles que ya adelante las entrevistas a algunos ciudadanos de Buenaventura (la ciudad donde actualmente vivo) para exponer como ha sido su cultura y entorno desde hace treinta años para el desarrollo del primer punto; por lo que estoy sitetizando las ideas para compartirlas en el foro.
Cordialmente
Carlos Augusto Combita Daza

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